Sobre los exámenes presenciales

Jesús Pacheco
3 min readJan 7, 2021

o «Crónica de un contagio anunciado»

Fragmento de «Visión del Apocalipsis» de El Greco, óleo sobre lienzo (1608–1614).

Comienza la época de exámenes en las distintas universidades de España. Mientras, la tercera ola del Covid crece y confina ciudades y pueblos de todo el país volviendo a las cifras de contagios diarios que teníamos hace meses.

Las universidades, que han llevado a lo largo del cuatrimestre en los distintos grados modalidades puramente online o semipresenciales, deciden mantener el plan de examen presencial.

Aseguran ciertas medidas, desde luego. Se promete una ventilación perfecta, desinfectación de las aulas, distancia de seguridad durante las pruebas, se le recuerda al alumnado las normas: mascarilla, evitar aglomeraciones, llevar la documentación, el resguardo de matrícula, el DNI, etc. Se escudan, además, en una selectividad perfecta sin contagios, lo cual es una prueba indudable del correcto funcionamiento de la normativa de la Universidad frente al virus y la situación.

Sin embargo, en cuanto uno se pone a comparar las cifras de contagios diarios de junio/julio con las de estos últimos días se da cuenta de que la situación no es, ni de lejos, la misma.

El alumnado, pues, protesta. Ayer fue Trending Topic N°. 1 de España durante toda la tarde #NoOsImportamosUM, hoy del mismo modo, #NoOsImportamosUPM se sitúa entre las tendencias en Twitter España.

Repasemos algunos puntos:

  1. No todas las aulas disponen de una correcta ventilación en todas las universidades. Ya han salido imágenes en redes sociales de alumnos dentro de aulas, preparados para examinarse, con diminutas ventanas en lo alto de las paredes de las clases. Asimismo, hacer un examen con las ventanas abiertas y nevadas o fuertes lluvias al otro lado suena un tanto difícil, el papel se moja y el frío no ayuda, desde luego, a escribir a contrarreloj.
  2. Se puede pedir una distancia de seguridad, pero los exámenes que han tenido lugar hoy en Valencia o Murcia son el ejemplo de que esta distancia de seguridad es una utopía irrealizable o una distopía real en la práctica.
  3. Las restricciones de movilidad, los toques de queda y los confinamientos no ayudan, evidentemente, a acudir de manera presencial a los exámenes. Si bien los horarios del transporte público (trenes, metros, tranvías, autobuses) se han visto reducidos a causa del Covid y la Universidad puede ampararse en los taxis, las casas de los amigos o la ayuda de un familiar, un toque de queda a las 22:00 h como hay en Murcia mientras que un alumno puede salir de hacer un examen a las 21:00-21:15 resulta una tentativa al teletransporte y una apelación directa a la imposibilidad. Por no hablar, como he señalado, de los inconvenientes que conlleva el transporte público.

No obstante, claro, con la modalidad online los alumnos pueden cometer fraude. Entonces, el problema no es del alumno, es del profesor que no ha adaptado la evaluación a esta posibilidad. Si haces un examen que permite copia-pega, claro que va a haber gente que se copie. Si optas por enviar trabajos u otros métodos de evaluación prácticos o tipo test, la cosa cambia.

De este modo, todo recae en el alumnado: la culpa, el contagio, el fraude, la incompetencia, etc., cuando los alumnos no deberían cargar con los errores del profesorado y las instituciones que son quienes han optado por los distintos métodos de evaluación. Además, la salud va ante todo y eso es algo que no se puede olvidar. La salud, siempre, por encima del riesgo al fraude que es culpa del profesor y no del alumno, que es inculpar al alumno de algo que no ha hecho, de una malicia que se le presupone. Frente a esto, mejor es prevenir que curar. Aquí hay una ética que ciertas universidades no terminan de comprender.

Así pues, con esta realidad, los rectorados de las distintas universidades, los gobiernos autonómicos y el desaparecidísimo Ministerio de Universidades con su excelente ministro se encuentran ante una elección: online o presencial. La respuesta mayoritaria, de momento, es presencial. La tercera ola, de momento, crece.

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